Una tortuga boba y una tortuga verde, que ingresaron en el Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Gran Canaria, entidad adscrita a la consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, han sido puestas en libertad en la playa de Las Canteras en el marco del festival Womad.Ambos ejemplares han estado ingresados por varios meses en el centro, en donde el personal las ha salvado tras la ingesta de material de pesca en las aguas de Gran Canaria.
Dentro del programa de acciones enmarcadas en el festival Womad 2017, estas dos tortugas han vuelto al mar en plenas condiciones de salud, ante la mirada de centenares de bañistas en la playa capitalina. El acto tuvo lugar este sábado 11 de noviembre.
El consejero de Medio Ambiente de la corporación insular, Miguel Ángel Rodríguez, ha destacado que “el espíritu del Womad coincide con el de la entidad” que es el de “cuidar nuestra isla y nuestra diversidad”, así como “dejar una tierra mejor a nuestros hijos”.
Con la acción llevada a cabo hoy “estamos trabajando conjuntamente en cuidar y proteger la fauna de Gran Canaria”, con un acto en el que “hemos honrado a los animales, porque si ellos están sanos nosotros también lo estaremos”, ha explicado.
Por ese motivo, ha insistido, “es clave cuidarlos y respetarlos, para cuidarnos también a nosotros mismos y a la isla de la que formamos parte”.
Por su parte, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, ha recordado el papel del Womad también en la protección del medio ambiente, ya que como ha advertido “se estima que en el 2050 habrá más cantidad de plástico que de peces en el mar” lo que convierte en imperiosa la necesidad de “concienciar a la sociedad en la vigilancia y en el control del entorno” en el que es posible participar “cada uno con su granito de arena en esta tarea de sensibilización” para dar pasos en la protección animal.
El biólogo y veterinario del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Gran Canaria, Pascual Calabuig, ha detallado las causas que llevaron a estos animales a ingresar en la entidad, “en la que han estado varios meses recuperándose de la ingesta accidental de anzuelos de pesca”.
Los animales, que fueron rescatados por pescadores de la zona, “tenían muchas ganas de volver a su entorno” tras recuperarse “y contar con la salud y la energía necesaria para su regreso al mar”.
La tortuga verde fue encontrada cerca de la costa capitalina con un anzuelo de pesca costera, mientras “la tortuga boba, de al menos 40 kilos de peso, tuvo que ser operada para extraerle el material de gran tamaño que tenía alojado en la garganta”.
Según ha subrayado “es importante hacer partícipe a la sociedad de este momento” en el que “dos animales encontrados a punto de morir vuelven al mar ante la mirada de todos” lo que siempre “genera satisfacción y una gran sonrisa para quienes disfrutan de la suelta”.
El experto en fauna salvaje ha celebrado “el gran trabajo de concienciación con la que cuentan estas especies” que siempre encuentran “alguien que las rescata, que las ayuda”, con un mensaje que se ha interiorizado gracias a “acciones como la que hemos celebrado hoy”.
Tal y como ha recalcado, “este año han entrando pocas tortugas” lo cual es “una buena o una mala noticia, según se mire”, con cerca de 50 ejemplares tratados por el equipo profesional del centro.
Los principales peligros a los que se enfrentan las tortugas en la isla provienen de la basura marina, que convive con estas especies en las aguas de Gran Canaria. Los animales, las tortugas y demás especies salvajes, con frecuencia se ven atrapados en estos restos o ingieren por accidente material de pesca.
Actualmente existen varias poblaciones de tortugas en la isla, sobre todo en zonas localizadas en el sur de Gran Canaria. En estas áreas viven en libertad ejemplares de diversas especies y diferentes tamaños, que pueden llegar a medir cerca de un metro de largo en su caparazón según el tipo y la población a la que pertenezcan.
