La ciencia se expande a las aulas canarias

Con motivo del Mes de la Ciencia, el Jardín Botánico» Viera y Clavijo» – Unidad Asociada de I+D+i al CSIC expande su actividad, hasta llegar a los más jóvenes. Así, dentro de su programa de actividades, el plan de acciones contemplaba charlas en diversos centros educativos de Gran Canaria, con el objetivo de fomentar la curiosidad científica de los alumnos.

Ruth Jaén, coordinadora del departamento de Biodiversidad Molecular y Banco de ADN del Jardín Canario, visitó recientemente el IES Pablo Montesino, en la capital grancanaria con dicha finalidad. Este centro educativo ya muestra en su decoración su interés por la ciencia: de hecho un mural con la tabla periódica de los elementos recibe a sus visitantes a la entrada, además de las puertas y paredes de su interior, ilustradas con frases inspiradoras de grandes científicos de la historia.

La actividad propuesta consiste en un taller titulado «Dime su secuencia de ADN y te diré de dónde viene» y comprende una fase teórica y otra práctica, esta última dividida a su vez en dos partes. El trabajo programado es entretenido, pero también intenso, así que no había tiempo que perder. Ruth atiende a lo largo de la mañana a una clase de 25 alumnos en una jornada intensiva. La primera parte consta de una introducción amplia, amena, para captar su atención. Se trata de mostrar a los alumnos la importancia de la ciencia y de la secuenciación de ADN en particular, que para esta investigadora constituye uno de los grandes hitos de la humanidad ya que ha permitido contestar a grandes preguntas como dónde está el origen de las especies. Además, dedica varias diapositivas a reflejar y reflexionar sobre cómo las plantas, aunque a veces quedan relegadas a un segundo plano, juegan un papel principal en nuestra vida y son claves para nuestra supervivencia. “De ahí, la necesidad de cuidar del entorno y la biodiversidad, tarea en la que todos debemos involucrarnos, si queremos tener una vida de más calidad”.

Desde el aire que respiramos, hasta la comida que digerimos, pasando por las medicinas que nos curan, la ropa que vestimos o los muebles que usamos, son ejemplos, de que prácticamente todos los procesos y acciones de nuestro día a día están relacionados-de alguna manera- con las plantas y la biodiversidad de la que somos interdependientes, pues en la naturaleza todo está interconectado.

 “Es clave cuidar de la biodiversidad porque además de todo lo señalado anteriormente, también estar en contacto con la naturaleza nos da salud mental. En ciudades superpobladas como Tokio, incluso se recetan baños de bosques por su efecto curativo”.

Inspiración para aportar soluciones

Otro de los aspectos importantes que Ruth Jaén quiso destacar es el papel de la naturaleza como inspiradora de soluciones a problemas de actualidad, como p.ej. relacionados con sostenibilidad, para abrirnos nuevas posibilidades que surgen de la observación de procesos naturales. “Como la utilización de pintura autolavable en la fachada de edificios que imita al proceso de autolimpieza de la hoja de loto. Otro caso es `internet´, que se asemeja al sistema de raíces en red de los árboles, a través del cual estos intercambian información (señales químicas) y nutrientes bajo tierra”.

“Otra forma de valorar la naturaleza es apreciando su belleza. Pues en definitiva la biodiversidad es una obra de arte de la evolución”. A este respecto Ruth puso un ejemplo muy ilustrativo. Comparó el valor que se le dio al cuadro atribuido a Leonardo Da Vinci, Salvator Mundi que fue vendido por nada menos que 450 millones de dólares, en contraste con los apenas 20.000 € al año para el Plan de recuperación de dos especies del género Lotus endémicas de La Palma, en el que esta investigadora participó: “para proteger dos plantas muy singulares y de flores espectaculares que iban a desaparecer. Es muy poca financiación si tenemos en cuenta que se trataba de evitar la extinción de dos especies exclusivas de Canarias”, se lamentó. “Por ello, es muy importante que la sociedad valore adecuadamente y entienda la relevancia de la ciencia, para que exija que se aporten los recursos necesarios para desarrollarla”.

La segunda parte de la actividad tenía como objetivo comprender el proceso de extracción del ADN, su amplificación y secuenciación hasta llegar a hacer la lectura de «letras» en las que está escrita la información genética. Para facilitar la comprensión de los protocolos de laboratorio, Ruth mostró a los estudiantes diferentes materiales y micropipetas que se emplean de forma rutinaria en los laboratorios de biología molecular. También les enseñó varias muestras de hojas de plantas deshidratadas y les explicó la importancia de eliminar la humedad para evitar la contaminación por hongos previo a la extracción del ADN. A continuación les mostró imágenes sobre los fundamentos de la PCR para la amplificación del ADN.

La tercera parte del taller, consistía en una práctica en la que los alumnos analizaron una serie de archivos aportados por la investigadora, para lo que emplearon ordenadores o móviles, y se conectaron a un programa online para añadir secuencias de ADN a una matriz y alinearlas. “El alineamiento permite detectar similitudes y diferencias entre las secuencias debido a mutaciones (cambios en `las letras´) o a pérdidas/ganancias de información. Es imprescindible para poder determinar si dos especies tienen un origen común e incluso cuáles son más antiguas (ancestrales)”, les explicaba Ruth mientras les guiaba en el uso de las herramientas informáticas.

Otro punto importante de la actividad fue reflexionar sobre que la ciencia es colaboración, “como refleja el que se compartan las secuencias de ADN -que se van generando en los laboratorios de todo el mundo y para diferentes organismos- en grandes bases de datos internacionales, abiertas a toda la comunidad científica”. Ruth dio así a conocer el Banco Mundial de Secuencias de ADN, el NCBI o Centro Nacional para la Información Biotecnológica.

Por último, esta bióloga molecular del Jardín canario comentó con los jóvenes “la necesidad de tener cultura científica para entender mejor los problemas a los que nos enfrentemos, muchas veces complejos”. Y en este punto se mostró crítica con parte de la clase política que con frecuencia en sus declaraciones usan argumentos simples y poco rigurosos en temas tan cruciales como el cambio climático, ignorando los datos que arroja la ciencia tras años de intenso estudio. Reivindicó, la necesidad de escuchar a los expertos para mitigar la crisis ecológica y trágica pérdida de biodiversidad actual, y apeló a la responsabilidad de todos y cada uno: “porque todas nuestras acciones son importantes y todos debemos sumar en pro de la conservación de la naturaleza”.

“La ciencia nos descubre la vida”

La actividad tiene lugar a lo largo de la mañana en el aula de informática del IES Pablo Montesino. Algunos alumnos lo tienen claro: “La ciencia es muy importante ya que la usamos constantemente en el día a día. Para llevar una vida cómoda, obtener algo tan importante como son las medicinas o la comida. Y me gusta, nos descubre la vida. Me gusta mucho”, comentó una de las estudiantes.

“Es importante saber cómo funcionan las cosas. Soy curiosa y la ciencia nos da respuestas a todo. Nos ayuda a entender y mejorar nuestro entorno y la vida”, afirma su compañera de pupitre.

“Fíjate que la ciencia nos ha salvado hasta de la reciente pandemia. ¿Qué hubiéramos hecho sin la vacunas por ejemplo?, afirma otra estudiante.

Pero algunos no dudan en manifestar su dificultad: “Sé que es importante, pero no la entiendo bien, se me hace difícil, me cuesta”

“Es interesante que vengan investigadores como el día de hoy, aprendemos mucho y la hace un poco más entretenida”, puntualiza otra alumna.

Por su parte, la profesora de la clase, Rocío García, considera que “me ha parecido muy interesante, deberían fomentar más este tipo de actividades, porque al final todo aquí en las aulas es muy teórico. Pero cuando lo ven en la práctica, conocen la finalidad, a través de personas externas, como el caso de hoy con Ruth Jaén, ven así que tiene un uso práctico en la vida real. Vendrían bien más charlas de este tipo”.

 

 

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