Miguel Ángel González es coordinador del Banco de Semillas del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo – Unidad Asociada de I+D+i al CSIC, que participa activamente en el proyecto NEXTGENDEM recolectando, recibiendo y conservando muestras que recogen los equipos de campo, llevando a cabo pruebas de germinación y asesorando al Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Agrario de Cabo Verde (INIDA) en este tipo de pruebas y en la gestión de su nuevo banco de semillas.
Licenciado en Biología por la Universidad de La Laguna y doctor en Genética de Poblaciones en la palmera canaria por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Empezó a trabajar con el doctor Juli Caujapé-Castells en el Departamento de Biolodiversidad Molecular y Banco de ADN del Jardín Botánico y en diferentes proyectos antes de ser coordinador del Banco de Germoplasma.
–¿Qué actividades se han desarrollado en el proyecto NEXTGENDEM y qué se ha implementado?
-Una de las actividades que hemos desarrollado es la recogida de material: semillas, hojas y pliegos, tanto en Gran Canaria como en Cabo Verde. Gracias a esos muestreos, que han llevado a cabo diferentes asistencias técnicas, hemos incrementado el número de semillas del banco con casi 200 nuevos registros, y también el de taxones, con entre trece y quince nuevos taxones que no teníamos depositados en los bancos de semillas, tanto de Gran Canaria como de Cabo Verde, lo que ha supuesto un incremento del número de muestras.
Además, esto nos ha facilitado tomar fotografías de esas semillas, tanto con lupa como con microscopio electrónico, aumentando nuestra galería de fotografías. Y ahora estamos realizando pruebas de germinación de ese material que ha entrado nuevo para determinar las condiciones idóneas en las que germina, y en el caso de que sea necesario utilizarlo, tener ese protocolo establecido.
-¿Para qué servirá ese protocolo de cara al futuro?
-Igual que las semillas depositadas, se pueden utilizar para planes de recuperación cuando son especies endémicas amenazadas. Vamos a suponer que solo existe una población de una determinada especie, y esta se ve afectada por un incendio o cualquier otra circunstancia. Podemos movilizar las semillas del banco, que están depositadas en unas condiciones idóneas, y ponerlas a germinar. De ahí la importancia de tener el protocolo estandarizado para que funcione, porque cada especie tiene un protocolo específico. Si tenemos ese protocolo estandarizado, en un momento podemos sacar las semillas del banco, que están a -20ºC y a un 15% de humedad, germinarlas y obtener plántulas que podamos reintroducir en la naturaleza.
-¿Con qué dificultades se han encontrado durante el proyecto?
-En cuanto a las semillas, la principal dificultad que encontramos es inherente, sobre todo en las semillas que han venido de la isla de Santiago, en Cabo Verde, y es que ha venido muy poco volumen de semillas. Pero eso es debido sobre todo a que realmente en Cabo Verde y en la isla de Santiago, que es donde estamos trabajando, las especies naturales están muy muy restringidas. Hay muchas amenazas y especies de herbívoros introducidas, con lo cual, cuando bajan las poblaciones hay muy pocos individuos, y se puede recoger muy poco material. Ese es el principal problema que hemos encontrado, que, en una sesión, o sea, que mientras una recolecta cuando vas al campo puede ir normalmente entre las 2.000 y las 10.000 semillas, aquí nos estamos moviendo en el volumen de solo 200, 300 o 400 semillas.
Otro problema que encontramos es a la hora de hacer pruebas de germinación. Nosotros no hemos trabajado con ellas, porque son especies que no están en Canarias y por lo tanto no hemos hecho pruebas de germinación, que es lo que estamos haciendo ahora. Entonces tenemos que ir tanteando y haciendo diferentes pruebas, a ver cuáles son las condiciones idóneas de luz y temperatura a las que esa semilla germina.
-¿Qué valor tiene el banco de semillas para otros proyectos científicos?
-Se considera a los bancos de semillas como la forma ex situ, o sea, la mejor forma fuera de la naturaleza para conservar el material genético. Y no solo para este proyecto, sino para el resto de los proyectos. De hecho, existe hace tiempo la propuesta de un convenio con el Gobierno de Canarias para que nuestro banco de semillas sea un banco de referencia.
Tenemos material de especies endémicas amenazadas en Canarias conservada en el banco de semillas. Y es importante por lo que he comentado, en caso de que se lleven a cabo planes de recuperación ese material hay que sacarlo de alguna parte. O si una población se ve afectada, como tenemos las semillas separadas por poblaciones, podemos ir a semillas de esa misma población, germinarlas e introducirlas, siempre siguiendo una trazabilidad de todo el material que tenemos en el banco.
-¿Tienen alguna expectativa o novedad sobre los resultados del análisis de datos que se está realizando en el banco de germoplasma?
-En el banco de semillas no vamos a encontrar esa sorpresa que puede aparecer en el ADN, en el que encuentras diferencias. Pero parece que han encontrado lo que podría ser una nueva especie durante los muestreos en la isla de Santiago, hemos comparado las semillas y parece que la textura de estas es ligeramente diferente a la anterior, con lo cual eso puede apoyar el hecho de que sea una nueva especie para la ciencia.
-¿Las pruebas de germinación se están realizando únicamente con semillas de la isla de Santiago?
-Sí. Las de Gran Canaria, más o menos, ya las tenemos estandarizadas, pues llevamos los 35 años que tiene el banco realizando pruebas de germinación y esas, en principio, no las estamos utilizando. Para la isla de Santiago sí estamos empezando porque queremos representar la flora de Cabo Verde en el Jardín Botánico Viera y Clavijo, hacer una especie de parcela y poner plántulas, de forma que los visitantes puedan ver diferentes flores. Ahora estamos empezando a generar plántulas para introducirlas en el jardín.
La idea es que el Jardín sea un muestrario de la flora endémica macaronésica.
-Sí, de hecho, ya hay otras especies de la Macaronesia en el jardín. Realmente el jardín se centra, igual que el banco de semillas, no solo en Canarias, sino en Cabo Verde, Azores, Madeira y el norte de África.