“Poseemos uno de los grandes Herbarios de la Macaronesia”

Aguedo Marrero es el Responsable del Departamento de Sistemática Vegetal y conservador del Herbario del Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo – Unidad Asociada al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 

Un herbario es, metafóricamente hablando, como una biblioteca de un Jardín Botánico; es el lugar donde se conservan las muestras de las especies para su posterior investigación. Las hojas (los pliegos de las plantas) nos descubren en este caso el conocimiento que proporciona ya escrito la naturaleza. Por eso un Herbario tiene tal vez aroma a biblioteca, donde todo está también etiquetado y ordenado a través de estanterías.

Allí, con el cuidado y mimo artesanal de una biblioteca, cada planta es clasificada a través de un arduo y laborioso trabajo manual (secado, pegado, etiquetado, ordenamiento-…) para su posterior consulta por los investigadores, -del propio jardín o de otros Centros, de forma directa o mediante préstamos.
Por eso Marrero es un curador, un curator, que cuida, gracias a la ayuda de Yolanda Faraldo (Técnico de Laboratorio), de que las muestras estén en perfecto estado, sin sufrir alteraciones, como ataques de insectos por ejemplo. Todo se mantiene cuidado y ordenado hasta el mínimo detalle, controlando la temperatura y la humedad.

Esta biblioteca natural guarda en las diferentes estanterías perfectamente distribuidas, con esmero milimétrico, más de 60.000 muestras. Una impresionante colección (que se ve enriquecida continuamente por nuevas muestras adquiridas de otros lugares del mundo o las recientemente provenientes del Museo Canario por ejemplo) que ya es considerado uno de los grandes Herbarios de la Macaronesia y considerado internacionalmente por otros centros de investigación.

Marrero considera fundamental el concienzudo estudio de laboratorio para dar base científica a las posteriores decisiones políticas que se toman en materia de conservación. Además nos cuenta en GreenTank en la siguiente entrevista las conclusiones que desde su Departamento se ha llevado a cabo dentro del proyecto ENCLAVES con el entorno macaronésico de Marruecos

-¿Qué trabajo desempeñan en este departamento?
-Somos los custodios de que el material herborizado esté en buenas condiciones. Para eso disponemos de los medios adecuados, como un ultracongelador, para descontaminar y evitar que los insectos se coman el material seco, y que la humedad esté en los niveles adecuados y evitar que el material se pudra, por hongos por ejemplo. Además somos los responsables de clasificar, catalogar, etiquetar y ordenar, a través de un minucioso trabajo manual, todas las muestras que nos van llegando. Nos preocupamos de que el herbario esté en óptimas condiciones y perdure en el tiempo.

-¿De cuánto tiempo estaríamos hablando?
-En algunos casos hablamos no de años, sino de siglos. Existe por ejemplo el Herbario Linneano, de las décadas de 1750, que es una referencia, o el Herbario de Florencia, o los herbarios existentes de las grandes expediciones científicas, como las de Malaespina o Ceslestino Mutis en el Real Jardín Botánico de Madrid. En nuestro caso tenemos algún material de finales de 1800, pero es excepcional. Lo normal es que tengamos el material de cuando se inician las colecciones en el Jardín, de la mano de Sventenius, luego de Bramwell, y a la par de Kunkel.

Esos tres lotes son lo que constituyen la base de nuestro herbario, aunque también hay que sumar las que nos llegan desde otras instituciones internacionales, normalmente por intercambio.

Precisamente ahora estamos inmersos, desde diciembre, en unificar todo el material recibido del Museo Canario de Kunkel. Este investigador depositó allí unos 3.000 pliegos recolectados entre 1965 y 1968. Pero posteriormente el Museo Canario, sobre 1980 decidió centrase más en su trabajo antropológico y arqueológico y se aprobó unificar su herbario con el nuestro. Ahora mismo estamos revisando e integrando este nuevo material. Es muy interesante para nosotros porque se optimizan recursos y nuestro herbario se ve enriquecido.

-¿Cuántas muestras guarda el herbario del Jardín?
-Actualmente disponemos de más de 60.000 pliegos, de los que la mitad son consultables pues ya está organizado. El resto es nuestra gran ocupación, vamos poco a poco ordenándolo. Clasificamos las muestras por grandes grupos taxonómicos. Y dentro de éstos por orden alfabético de familia, género, especie, subespecie y variedades. De esta forma sistemáticamente es muy fácil acceder a cualquier grupo que deseemos consultar.

-¿La mayoría de estos pliegos son canarios y de la Macaronesia?
-Todos los herbarios recogen cualquier material, venga de donde vega, siempre que sea botánico y bien conservado, que permita su identificación. Por ejemplo una simple hoja poco sirve, pero una rama con flores, frutos, etc… eso sí es identificable y vale como pliego del herbario.
Todos los herbarios reciben material de cualquier parte del mundo, y nosotros disponemos de material de todos los continentes. Pero lógicamente la proximidad geográfica se impone y nos centramos especialmente en todos los archipiélagos de la Macaronesia y lógicamente Canarias, que es nuestro fuerte.
Pero nunca podemos olvidar muestras de otras partes del mundo. Porque no podemos hacer nada desde Canarias si no conocemos las especies que compartimos. El intercambio de información es clave, enriquece a todos.

-¿Cómo resumiría el valor que tiene el proyecto Enclaves para su departamento?
-El hecho de tener proyectos como Enclaves (estudio de los Vínculos Florísticos de Canarias con el “enclave Macaronésico” continental de Marruecos, del Programa de Cooperación Transnacional MAC -2015) nos permite mejorar nuestras conexiones con esa flora tan cercana, con el entorno africano. Y tenemos especies tan relacionadas como son el drago, el verol, los vejeques, los tomillos, las tabaibas o los cardones por ejemplo, que relacionan Canarias y África.

-¿Cuántos taxones tienen identificados dentro del proyecto Enclaves?
-Hay que distinguir. Como especies relacionadas entre Canarias y el espacio macaronésico aproximadamente tenemos unos 150 taxones. De estos, 30 son endemismos de Marruecos, pero relacionados con nuestra flora. Otros 30 son taxones compartidos, que están aquí y en el Enclave de Marruecos. Otros 15 endemismos canarios están emparentados con los de Marruecos, son los llamados vicariantes, por ejemplo el Cardón de Jandía con la Euphorbia echinus. Aunque aquí en total involucran a unos 40 taxones, porque por ejemplo el Lotus kunkelii de Gran Canaria está relacionado con otros tres taxones del Enclave y ya suman 4.

Luego hay otros 50, que son también compartidos con Marruecos, pero de un área mucho más extendida, como el Mediterráneo. Aquí incluiríamos a la palmera canaria (relacionada con la datilífera), el lentisco, el almácigo, etc. Los compartidos o relacionados tienen más interés para la investigación, pero incluimos estos 50 también.

-¿Encuentran muchas diferencias entre las especies de aquí y las de Marruecos?
-Ese es el objetivo del estudio precisamente. Las plantas son iguales, en principio, a efectos morfológicos y taxonómicos. Pero si analizamos con más detalle, con técnicas moleculares por ejemplo, pueden detectar diferencias. Y entonces, tenemos que retomar el estudio morfológico y encontrar algún carácter que los diferencie, y si no lo encontramos aún así hemos de tenerlo en cuenta a efectos de conservación.
Por ejemplo, en otro orden, eso es lo que pasó con el cedro canario, de la población de La Aldea de San Nicolás. Al hacer el análisis molecular se vio que el cedro de Gran Canaria era diferente, y le dio un valor añadido. Posteriormente gracias a ese estudio se recoge en una normativa y una decisión política que pasa a protegerlo.

-¿Entonces el estudio que emprenden en el Jardín puede servir luego para tomar decisiones legislativas o normativas?
-Efectivamente, porque ofrecemos datos y elementos que permiten diferenciar o caracterizar poblaciones o comunidades de una isla o población, y podemos establecer mejores medidas de conservación, ya con un fundamento científico.
La especie es la misma, nadie va a cambiar el cedro de Gran Canaria; pero a nivel poblacional tiene marcadores genéticos distintos. Esta es la potencia de la herramienta molecular.

-Volviendo a Enclaves, ¿hay algún descubrimiento especial en los trabajos realizados?
-A medida que vas trabajando puede haber sorpresas donde menos te lo esperas. Lo que sí ocurre es que en la medida que avanza el proyecto, nos centramos en grupos que ofrecen resultados más llamativos para los objetivos del proyecto en conjunto.
En Enclaves más que descubrir nuevas opciones de caracteres morfológicos que permitan avanzar en la taxonomía de los grupos, descubrimos diferencias moleculares. La taxonomía varía poco, pero sí es importante el análisis observado tanto en la biología reproductiva o el análisis molecular.
Dentro de Enclaves el trabajo se ha ido centrando en unos grupos concretos en unas pocas especies. Como la bella durmiente (Androcymbium); siemprevivas, (Limonium); corazoncillos, (Lotus); el grupo de las damas, (Parolinia), -que incluso ha dado lugar a la lectura de una tesis doctoral-, o el cornical (Periploca laevigata), que está resultando una de las más interesantes. Los trabajos están planteando una nueva reorganización, que puede dar lugar a una nueva reinterpretación de la taxonomía incluso. Y también trabajamos en la difusión a la sociedad de estos resultados, como los paneles que tenemos en el centro de exposiciones del Jardín

-¿Y estas conclusiones les satisfacen?
-Sí, se avanza, y poseemos ahora una imagen de estos grupos que antes no teníamos y no descartamos alguna novedad taxonómica. Pero el trabajo del laboratorio en taxonomía es lento, y arduo. Desde nuestro departamento resulta interesante que hemos conseguido buena parte del objetivo, que era incrementar nuestras colecciones en el herbario. Si antes teníamos por ejemplo corazoncillos de Canarias, ahora tenemos también de África, y ésa es la principal contribución desde nuestro departamento. Ahora, gracias a Enclaves, disponemos de aproximadamente unas 2.000 acepciones de Marruecos en el Herbario.

-Y lógicamente el Herbario cobra mayor importancia a nivel internacional
-Efectivamente, porque tiene una colección más amplia y diversa de esas zonas. Tenemos muchas muestras de una planta, pero de sitios distintos. Y esto es muy valioso. Yo puedo por ejemplo tener cien pliegos de laureles. Pero no es lo mismo cien de la misma zona concreta, que cien de poblaciones de Canarias, Azores, Madeira, Cabo Verde y Marruecos. Representan poblaciones distintas y ofrece muestras más valiosas a la investigación y a la ciencia. Esto se nota con el tiempo ya que cada vez somos más referencia de consulta y estudios por parte de investigadores externos que ofrecen nuevos avances en base a nuestro Herbario, que constituye ya uno de los grandes Herbarios de la Macaronesia.

-Vivimos en una época marcada por la evolución de la tecnología, ¿les afecta a una labor tan manual y artesanal como la desarrollada en este herbario?
-Sí, pero para bien. A nivel mundial y desde los grandes e históricos Herbarios se Se están digitalizando los pliegos de herbario, sobre todo los que son tipo porque constituyen las bases de las descripciones originales de las plantas, pero también de otro material que los conservadores consideren de interés. Este proyecto se incentivó desde Estados Unidos comandado por una fundación norteamericana.

El objetivo es generar un gran banco de imágenes de las muestras de los Herbarios. Los pliegos que mencionaba antes de Florencia o Linneo, por ejemplo. Pero también muchos pliegos canarios ya están digitalizados. Pero el esfuerzo se está centralizando en los pliegos de mayor valor. Es necesario establecer prioridades.
Y esto es un adelanto, porque recibes en pantalla la imagen y la puedes ampliar “con lupa” al máximo detalle. Es un gran Herbario Virtual, que lleva a reducir considerablemente el trasiego por correo ordinario, y para la mayoría de las consultas que se realizan ya no tendría sentido. El único problema es quien controla esa información y las tasas que imponen.

Ya los herbarios no prestan el material tipo, hay que consultarlo in situ. Pero si está digitalizado se puede compartir en todo el mundo al momento. En este jardín tendremos que empezar en breve con este trabajo de digitalización. Empezando por los pliegos tipo, las que estén en peligro de extinción, luego las especies raras, los endemismos más valiosos, etc.. Porque para los 60.000 pliegos es una tarea, hoy por hoy, inabordable.

La tecnología revoluciona todo el quehacer humano, pero al igual que detrás de un libro digital tiene que existir un gran escritor, el talento siempre estará ahí. Siempre hará falta el cerebro, el investigador que está detrás de la tecnología y en este caso de la Sistemática vegetal. Si no sería como pretender relacionarnos con nuestra familia, amigos o compañeros, sin nombres, sino con códigos de barras.

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